En medio de una severa sequía, al menos 200 buques se encuentran en espera para poder transitar por el Canal de Panamá.
Con el propósito de salvaguardar los recursos hídricos, las autoridades encargadas de la regulación del Canal de Panamá han implementado medidas que incluyen la reducción del peso máximo de las embarcaciones y la limitación diaria de cruces a un total de 32. Esta iniciativa responde al desafío que representa el actual déficit de precipitaciones en el quinto país más lluvioso del mundo.
Ricaurte Vásquez Morales, administrador del canal, manifestó que estas restricciones podrían mantenerse hasta finales del año. Además, alertó que la sequía podría generar una pérdida de alrededor de 200 millones de dólares en ingresos del canal el próximo año si los bajos niveles de precipitaciones persisten durante el otoño.
Especialistas en el ámbito han expresado preocupación ante la posibilidad de que este ajuste en los cruces diarios, se convierta en la "nueva normalidad". La carencia de lluvias afecta no solo al país, sino que resalta los riesgos que repercuten en la industria del transporte marítimo, responsable del movimiento del 80% del comercio global.
La limitación impuesta en el canal, que se traduce en la reducción de la carga máxima de los buques y la restricción en el número de travesías diarias, busca mitigar los efectos de la sequía prolongada. Las perspectivas indican que este panorama podría persistir debido al patrón de precipitaciones insuficientes en la región.
Este escenario, además de representar un reto para la infraestructura marítima, resalta la necesidad urgente de abordar el cambio climático y su impacto en la industria de transporte marítimo. Las dificultades actuales ponen de manifiesto la importancia de adoptar estrategias para mantener el flujo comercial en el canal y garantizar la sostenibilidad del transporte marítimo a nivel mundial.